Alargar la vida de los aceites vegetales no debe ser una preocupación.

Tres trucos para alargar la vida de los aceites vegetales

 

Que la caducidad de los aceites vegetales no te quiten el sueño. Sigue estos tres consejos:

El primero, una vez abierto el frasco guárdalo en la nevera. Así de sencillo. En mi casa, todo el mundo sabe que en la nevera hay un rincón para mis aceites vegetales. Cuando los necesito para hacer alguna fórmula o impartir algún curso los saco y en un par de horas ya están a temperatura ambiente. Una vez utilizados lo vuelvo a dejar en la nevera. No están más de 24 horas fuera de la nevera.

El segundo truco consiste en añadir vitamina E. Normalmente se añade en concentraciones del 0,2 al 0,5%. En concentraciones al 0,5% según el tipo de cuentagotas corresponden aproximadamente cinco o seis gotas por cada 100 ml.

El frasco de vitamina E o tocoferol una vez abierto debe conservarse en la nevera, aunque no sea un aceite vegetal.
Si no podéis adquirir vitamina E podéis añadir un aceite vegetal con alto contenido en vitamina E como el germen de trigo, pero atención, éste ha de estar en perfecto estado de conservación y guardarse siempre en la nevera.

Yo normalmente opto por la primera opción. Podrías aplicar los dos trucos a la vez, pero me parece un tanto exagerado.
Una vez comprados los aceites vegetales y que todavía no he abierto, los guardo en una zona fresca, seca y al abrigo de la luz.

Tercer consejo para alargar la vida útil de los aceites vegetales: Comprar los frascos de pequeño volumen. Al final aunque te parezca mentira sale económico. El único aceite vegetal que compro en un volumen grande es el de oliva ya que es de uso alimentario diario.

Con todo lo explicado hasta ahora evitamos tres factores que inciden negativamente sobre la vida de los aceites vegetales: calor, luz y oxígeno.
Al comprar cualquier aceite vegetal fíjate en la fecha máxima de utilización. Que te de un margen suficientemente amplio para utilizarlo.
Ten en cuenta que los aceites vegetales poliinsaturados se oxidan o enrancian muy fácilmente: argán, rosa mosqueta, lino, borraja, chía, perilla, etc.

Estos consejos son igualmente válidos para los aceites macerados como el de zanahorias, hipérico, árnica y en general para los extractos lipídicos.
Una vez oxidado un aceite vegetal, lo aprecias rápidamente en el olor e incluso la textura, ya no vale la pena añadir vitamina E para intentar revertir el proceso. Regálaselo a alguien que utilice aceites vegetales para fabricar jabones caseros.
Un saludo, Ramón